Capitulo X Un cambio ¿de imagen?

 *Narra Anna*

Me despierta el sol de la ventana como ayer mismo. ¡Mira que soy despistada, joder! Me levanto de la cama y cierro la persiana.

Me giro y compruebo que todas están vestidas y listas. Todas menos Vanessa que sigue durmiendo, pero ahora ya no grita como ayer por la noche. Me visto también (Conjuntos)

Ellas están por salir por la puerta, pero las detengo.

- ¿Y Vanessa?

- Ha dicho que vayamos tirando – me responde Cristina encogiéndose de hombros.

Asiento y salimos de la habitación. Bajamos las grandes escaleras hasta llegar al patio principal, donde giramos a la derecha para llegar a las taquillas. Allí nos encontramos a los chicos.

- Buenos días Anna – me dice Louis dándome un beso.

- ¡Louis! ¡Yo también me alegro de verte! Estoy bien gracias por preguntar y saludar – dice Cristina lo que hace que me ría.

Sacamos todos los libros de la taquilla, y entonces veo que Harry no deja de mirar a todos lados desesperada mente.

- ¿Hazza? ¿Pasa algo?

- ¿Y Vanessa?

- A dicho que vayamos tirando. No lo se.

- Siento mucho haberte dicho imbécil el otro día – se disculpa arrodillándose.

- No pasa nada – le digo riendo.

- ¡Aparta! - dice Louis – Es mía.

- Oh – dice Sheila.

- No – dice Claudia.

- Madre – dice Cristina.

Entonces me giro y puedo comprobar a lo que se refieren mis tres amigas. Miro a los chicos que también tienen cara de asombro.

- Mía – completo la frase.

- ¡Hola chicos! - nos saluda Vanessa.

- ¿Vanessa? ¿Que te ha pasado? - pregunta Claudia mirándola de arriba a bajo.

- Voy a ligarme al chico de los góticos. ¿Estoy guapa? ¿Os gusta mi cambio de estilo? - nos pregunta, y da una vuelta sobre si misma enseñándonos por completo su ropa.

- Estas... cambiada – digo yo. (Conjunto de Vanessa)

- ¿Sabéis que? Si eso es lo que me vais a decir, ¡buscaros la vida! - nos grita ella y se larga.

*Narra Vanessa*

Les pedí a las chicas que se fueran si mi, ya que quería estar sola. Cuando se van por la puerta, me levanto y me ducho. Me visto algo diferente.

- No puedes conmigo. No me vas a enamorar Harry – digo en voz alta, aunque se que ya es algo tarde.

He decidido que me voy a ligar al líder de los chicos “malos” del colegio. Josh Brown. Los que siempre pasan de todo. Hace semanas que me está dando indirectas. Es guapísimo y siempre se viste de negro.

Bajo corriendo, aunque en momentos casi me como el suelo con los tacones, y llego al patio central, donde giro la cabeza hacia la derecha y veo a mis amigas con los chicos.

Me arreglo algo la chaqueta, y empiezo a caminar con paso seguro y una mirada cautivadora a todos lados, hasta que llego a mis amigas.

- Oh – oigo decir a Sheila.

- No – dice Claudia.

- Madre – dice Cris.

- Mía – dice Anna cuando se gira.

- ¡Hola chicos! - los saludo a todos.

- ¿Vanessa? ¿Que te ha pasado? - pregunta Claudia mirándome de arriba a bajo.

- Voy a ligarme al líder de los chicos malos. ¿Estoy guapa? ¿Os gusta mi cambio de estilo? - les pregunto dando una vuelta sobre si misma para que puedan mirar mi conjunto. Se que no les gusta, pero son mis amigas y lo entenderán.

- Estas... cambiada – me dice Anna con una sonrisa forzada.

- ¿Sabéis que? Si eso es lo que me vais a decir, ¡buscaros la vida! - les grito. Doy media vuelta y me voy.

Voy hacia la taquilla de Josh. Paso por su lado, y el me ve. Sonríe y se acerca a mi, mordiéndose levemente el labio inferior.

- Hola preciosa.

- Hola Josh – le digo acercándome a el.

- Me gusta tu nuevo estilo.

- Gracias. Lo he elegido especialmente para ti.

- ¿Para mi? Que detalle – dice y me besa – Basta de rodeos, tu y yo esta noche en mi casa. Películas.

- Perfecto, pero si quieres... no tenemos porque ver las películas – insinúo y entonces me voy hacia mi clase de música.

Llego y me encuentro con el de rizos. Harry. El me mira muy extrañado, pero aún así me siento a su lado, ya que cuando tocaba música yo no tenía compañero, y el al venir nuevo le toca la única silla libre.

Cuando me siento, me cruzo de piernas, y el empieza a escanear me con la mirada. Me recuerda mucho a Mark. Yo creía... que el era diferente. Que de verdad me quería. Des de que teníamos cinco años estuve enamorada de Mark, pero nunca lo dije a nadie. Solo lo sabían Claudia, Anna, Sheila y Cristina. Al final, en mi fiesta de cumpleaños, cuando cumplí los quince, me pidió salir. Estuvimos juntos dos meses. Yo estaba muy feliz con él, hasta que un día canceló unos planes que teníamos, porque me dijo que su abuelo había muerto, así que fui el tanatorio para decirle que lo sentía mucho, pero cuando llegué, el no estaba. Me puse a pensar, y no se me ocurrió otra cosa que ir al lugar favorito de Mark. Una discoteca que abrieron hacía poco.

Llegué allí, y mi corazón se paró. Mark estaba besándose con otra chica. Me cayeron unas lágrimas por mis ojos, pero rápidamente me las quité. Avançe hacia la barra y pedí un batido de fresa. El camarero me miró un poco raro, pero me lo dio igual. Me dirigí hacia Mark y le tire todo el batido de fresa por encima.

El me miro sorprendido y a la vez arrepentido. Intentó hablar, pero yo di media vuelta y me fui de allí. Durante las siguientes dos semanas, no pare de recibir mensajes y llamadas suyas pidiéndome perdón, hasta que un día me llegó su último mensaje. Me decía que había sido un idiota, y que tenía razón en no hablarle, pero que me quería. Ese día, jure que ningún chico volvería a romperme el corazón jamás.

Miro a Harry, y este sigue mirándome fijamente, así que me coloco mejor en el sitio, visiblemente incómoda.

- ¿Buscas algo? - le pregunto.

El se limita a negar con la cabeza y soltar una risa. Vuelve a mirar hacia delante, porque la clase se empieza a llenar de gente.

La profesora de música, llega algo tarde, pero cuando lo hace nos da un examen sorpresa. Sonrío porque la música siempre se me ha dado muy bien, y estoy segura que al de rizos también, ya que según Cristina tenían un grupo de música.

Empiezo ha hacer el examen, y hay un momento en que la profesora sale del aula, ya que ha olvidado algo en la sala de profesores. Sigo con mi examen, y entonces alguien me tira un papel a la cara.

Te apuesto lo que quieras a que saco mejor nota en el examen

No se porque, pero inconsciente mente sonrío, pero al darme cuenta, borro la sonrisa de la cara y le respondo al mensaje. Se lo tiro a la cara, y el lo despliega.

¿Que apostamos?

Sonríe, y coge su bolígrafo azul y me contesta. Me lo vuelve a tirar, pero esta vez lo cojo antes de que impacte en la cara.

Una cena

Me giro hacia el y veo que ya está escribiendo de nuevo. Me levanto un poco, y lanzo el papel que está a unos siete metros de mi.

- Buena puntería – susurra Harry.

Me vuelvo a sentar y empiezo a concentrarme en el examen, mucho más de lo que ya estaba antes para poder ganarlo.

La profesora aparece por la puerta, y sopla un silbido que indica que el tiempo para hacer el examen se ha acabado. Lo pasamos de atrás hacía delante, y miro la hora. Falta todavía media hora de clase. El tiempo justo para que la profesora corrija.

Pasan veinte minutos, y la profesora levanta la cabeza y nos mira. Junta todos los exámenes y les da unos toques encima de la mesa. Se levanta de la silla y y pone en el centro del aula.

- Bien, lo diré lo más suave posible. Sois todos un desastre – dice ella – Aún así, se salvan la señorita Hofftman y el señor Styles.

Empieza a repartir exámenes y me entrega el mío acompañado de una sonrisa. La profesora de música siempre ha sido una de mis favoritas. Miro el examen y hay un bonito nueve veinticinco escrito con la caligrafía de la profesora.

- ¿Que has sacado? - le pregunto a Harry.

- Nueve y medio, ¿y tu?

- Mierda – susurro – Nueve veinticinco.

Harry esboza una sonrisa preciosa, y no puedo evitar sonreír le de vuelta. Después de tres años de esfuerzos... Un chico ha hecho que todo eso se vaya por la borda. Harry ha hecho que vuelva a enamorarme.