Hola chicas!
Bueno pues aquí os vengo con el epilogo de esta novela.
La verdad es que es triste. Estoy escribiendo el final de mi novela.
Gracias a todas las que estais ahí des del principio, las que os incorporásteis a media novela o las que hace poco que estáis leyendo. Gracias a todas aquellas que comentaron siempre que podían.
Me gustaría pedir una cosa. Me gustaria que comentáseis diciendo que nota le pondríais a la novela o vuestro momento favorito, vuestra pareja favorita, el personaje que más o gusta...
Repito, muchísimas gracias y disfrutad del último capitulo:
________________
15 años más tarde...
*Narra Cristina*
- Un momento - dijo Lisa dejando su batido de chocolate a un lado. Me miró con esos ojos miel que había heredado de su padre. Se apartó un mechón de su largo y liso pelo negro, herencia de ambos y me miró sin entender -. ¿Al final que pasó con el tío Niall y la tía Claudia?
- Se divorciaron tres meses después de tener a Lily - expliqué dándo un sorbo a mi batido.
- Pero yo pensé que se querían - dijo mi hija.
- Y se querían. Después de dos años divorciados se volvieron a juntar. Claudia en ese momento había tenido un hijo con otro matrimonio, y Niall había tenido dos gemelas con una chica con la que estuvo, así que la familia Horan aumentó.
- ¿Entonces Zac, Megan y Bridgitt no son nuestros primos de verdad? - preguntó Lisa decepcionada.
- Os habéis criado juntos. Siempre serán tus primos. aunque en realidad ninguno de nuestra gran familia es primo de sangre.
- Pues los quiero más que a mis primos verdaderos - contestó Lisa sonriendo - Pero acabame de explicar sobre el tío Harry y la tía Vanessa.
Sonrío cuando Lisa nombra a la parejita de rulos. Lisa siempre ha dicho que ellos dos eran sus tíos favoritos. Sobretodo Harry. Ellos han sido los que han estado siempre por Logan y Lisa. Vanessa era la madrina de mi hijo mayor y Harry de mi hija menor. Con los demás ya no quedabamos tanto, pero con ellos dos no se había perdido jamás en contacto. Si la semana tiene siete días pues quedabamos seis de siete.
- Cuando nacieron las gemelas, tu tío le explicó a Vanessa que había comprado una casa a las afueras de Londres para que pudiesen vivir en un espacio más grande. ¿Jack ha hecho los doce ahora no?
- El mes pasado- contestó sonriendo.
- Pues tardaron tres años en tener a Jack, y cinco años más tarde tuvieron a Bryan. Y mira que era tu tía la que decía que no quería hijos y se ha quedado con cuatro.
- Entonces todo acabó bien - concluye mi hija.
- No he acabado. Respecto a Liam y Sheila, la abuela de Sheila se recuperó, pero murió al poco tiempo. Ella se fue a vivir a su casa dejando aquí a Liam. El no se podía ir, tenían una banda.
- ¿Una banda?
- One Direction. La BoyBand del momento. Eran increibles. La gente los quería por dónde pasaban. Se comieron al mundo y el corazón de miles de chicas. Y después de tanto tiempo la gente sigue recordándolos.
- Ese nombre me suena. Un día encontré uno de sus CD's en las viejas cajas del desvan, pero no reconocí a papá ni a ninguno de los tíos.
- Han cambiado, aún así siguen siendo los mejores.
- ¡Nos desviamos del tema mamá! ¿Que pasó entonces con Sheila y Liam?
- Cuando ella se fue, aún no estaban casados, y a parte de por la muerte de su abuela, ella se fue porque estaba embarazada.
- ¿El primo Mike?
- Exacto. Sheila no quería interferir en la carrera de Liam, así que puso la escusa de lo de su abuela y abandonó el país.
- ¿El tío Liam nunca lo supo?
- Cuando tu tía regresó seis años después, fue imposible no saberlo. Era la copia exacta de Liam cuando tenía seis años. Hasta tenian el mismo corte de pelo.
- ¿Y el tío Liam no se enfadó?
- Por supuesto que se enfadó. Es decir le mintió durante mucho tiempo, pero fue por su bien. Despues de dos años, Liam volvió a caer en los encantos de Sheila y ahora viven felizmente casados.
- Con la prima Amanda.
- Lisa, tienes una bonita costumbre de interrumpirme.
- No es mi culpa - dijo levantando las manos innocentemente - La historia es entretenida. Pero me falta el tío Louis.
- Oh dios mío, el clan zanahoria - dije sorbiendo otra vez mi batido -. Tuvieron a Elisabeth en su estancia en España, así que te puedes imaginar al tío Louis intentando explicarle al del hospital que Anna estaba de parto.
- Vuestra vida fue entretenida y yo ni siquiera puedo tener novio.
- Sabes que el tío Hazza no te deja - respondí yo acariciándole el pelo a mi hija -. Eres muy joven, tiene catorce años. Ya te llegará el momento.
- ¿Sabes? Si le dijese a alguien que mi madre es tan solo diecinueve años mayor que yo me tomarían por tonta.
- Puede - respondí dejando el batido a un lado - Pero ahora que sabes la historia no puedes decir nada. Ya les llegará la hora a tus primos de saberlo.
- ¿Que primos lo saben?
- Lo sabe tu hermano, las gemelas Danielle y Amelie, Lily y tu. Con los chicos acordamos explicarlo todo cuando cumplieseis catorce.
- Entonces a Mike no lo queda mucho, no?
- Sheila se lo explicará de aquí seis meses.
- Mamá - dijo ella tumbándose en la cama y yo me tumbé con ella - Yo quiero tener una vida como la vuestra. Con verdaderos amigos, amor, personas que me quieran y aventura.
- Lisa, no intentes hacer de tu vida una copia de la mia. Las cosas pasaran por si solas, yo no elegí tenerlas. Pero las tuve. Y mira que todo empezó con una conversación en un xat del colegio.
Ella sonrió y cerró los ojos al mismo tiempo que le cantaba una de las canciones de los chicos para que se durmiese.
- ¿Está dormida? - preguntó Zayn sacando la cabeza por la puerta.
Asentí con una sonrisa y salí de la habitación de Lisa para ir hacía el salón, dónde nos encontrabamos todos haciendo una especie de reunión. Una reunión que habíamos esperado des de hacía mucho tiempo.
- ¿Se ha dormido Lisa? - preguntó Vanessa sonriendo.
Asentí y los diez acabamos de tener una noche llena de conversaciones pero sobretodo recordando los viejos momentos.
No olvidaría nunca a estos amigos. Bueno amigos no. Son mi familia.
Esos momentos que viví con ellos permaneceran conmigo para siempre. Fueron parte de mi pasado, de mi presente y sobretodo de mi futuro. Porque con ellos no era una mujer de treinta y tantos años. Con ellos podía volver a ser una niña, disfrutar el momento. Vivir como cuando eramos jovenes.
Sabía que esta historia no iba a salir de nuestra familia. Ni los paparazzi lograron descubir todo esto. Era un secreto que llevaríamos a la tumba. Pero para llegar allí aún faltaba mucho.