*Narra
Claudia*
- Es decir, que tu no te acuerdas de tu madre, y tu padre es como un mejor amigo
para ti, ¿me equivoco? - me pregunta Niall.
- Exacto
– digo bebiendo un poco de mi zumo.
- ¡Claudia!
- grita alguien.
- ¿Cris?
- digo – ¿Que ocurre?
- Layla
ha tenido un accidente – dice corriendo, y a mi se me cae el zumo
de las manos y se estrella contra el suelo – Vamos rápido al
hospital.
- Lo
siento Niall tengo que irme.
- Claro –
me dice él.
Cristina me
arrastra hasta que encontramos a todas las chicas. Solo nos falta
Vanessa, y por lo que veo esta hablando con Harry.
- ¡Vanessa!
¡Layla ha tenido un accidente! - le gritamos – ¡Vamos al
hospital!
- No –
nos dice ella en tono seco – Yo no voy.
- ¡¿Que?!
- grita Sheila – ¿Nos has oído?
- Haber
espera que se lo repito más despacio – dice Anna – Layla, la
chica rubia que va con Wendolyn. Ha tenido, pretérito perfecto del
verbo tener. Un accidente, cosa mala que puede llegar a la muerte –
dice Anna.
- Ya se
lo que es – grita ella – Pero no pienso ir a ver a una persona
que nos ha hecho la vida imposible des de que llegamos a la
universidad. Lo siento pero no puedo – dice ella, y se va mientras
Harry la sigue.
- ¡Vamos
nosotras!
Subimos a la
limusina y vamos directas al hospital. Rezo por que no sea nada grave
y se pueda solucionar con el tiempo.
*Narra Anna*
Llegamos al
hospital, y entramos como unas locas en recepción. La señora nos
mira un poco asustada, pero intenta disimularlo.
- ¿Puedo
ayudarlas?
- Si, una
chica ha tenido un accidente. Layla Parks – dice Cristina.
- Planta
tres habitación 236 – nos dice la mujer.
- ¡Gracias!
- gritamos.
Subimos en
el ascensor tan rápido como podemos, hasta que llegamos a la
habitación, y oímos como Alex se lamenta, y Ginger llora.
- ¡¿Que
ha pasado?! - grita Cristina cuando entramos en la habitación.
- Que
estos dos peleles – dice Layla señalando a Alex y Ginger –
Dramatizan mucho. Solo me he roto una pierna.
- ¡Pero
podría haber sido más grave! - grita Alex enfadado. Nunca me había
parado a mirarlo, pero al verdad es que era muy guapo – ¡Porque
si te llega a pasar algo me daría un ataque!
- ¡¿Por
que tendría que molestarte?! ¡Al fin y al cabo nunca me has hecho
caso! – le grita Layla.
- ¡No ye
he hecho caso porque tengo miedo a mi hermana!
- ¡No
metas a tu hermana en esto! - le vuelve a gritar.
- ¡La
meto porque ella tiene la culpa!! - grita Alex.
- ¡¿La
culpa de que?!
- ¡De
que no pueda pedirte para salir! - grita él, y luego se lleva la
mano a la boca, y se va rápidamente de allí.
- ¿Donde
está Vanessa? - pregunta Layla con unas lágrimas en los ojos.
Intentando disimular lo que acaba de pasar con Alex.
- Ella no
ha querido venir... - digo yo.
- Bueno,
siempre nos hemos llevado mal.
- Pero
eso no significa que no tenga corazón – dice la voz de Vanessa
que acaba de entrar por la puerta.
- Vanessa...
Has venido – dice Layla sin creerse lo.
- He
venido – afirma ella.
- ¿Que
es lo que te ha hecho cambiar de idea? - le pregunta Cristina.
- Harry –
se limita a decir con una sonrisa.
- Muchas
gracias por venir – dice Ginger – Significa mucho para nosotras
dos.
- ¿Donde
está la diva? - pregunta Vanessa refiriéndose a Wendolyn.
- Ella no
ha venido a verme.
*Narra
Vanessa*
Me voy de
allí. No entiendo porque tengo que ir a ver a Layla, si ella nunca
ha sido simpática conmigo ni nada por el estilo. Ella tampoco lo
haría por mi. ¿O tal vez si? No. Ella es la perra faldera de
Wendolyn. Nunca haría eso por mi.
- Vanessa
– me dice Harry detrás mío, pero yo sigo andando – Vanessa
detente – sigue el, pero no le hago caso – Te he dicho que pares
– me dice cogiéndome de la mano y deteniéndome.
- ¡Harry
no voy a ir! - le digo sentándome en el suelo.
- No
hagas el papel de niña pequeña Vanessa – dice él enfadado.
- ¡No
voy a ir! - digo cruzándome de brazos.
- Vanessa
por favor. ¿Tienes corazón? - me dice Harry.
- ¿Que?
- digo extrañada por la pregunta. Normalmente se preguntan otras
cosas.
- ¿Tienes
corazón?
- Creo
que si, si no hubiese muerto ya – digo riendome.
- No hace
gracia Vanessa. Si tienes corazón usalo – me dice Harry – El te
dirá lo que tienes que hacer – entonces se pierde por la
multitud.
- Ya se
parece a Liam y Sheila – murmuro mientras me levanto y cojo un
taxi que me lleva hasta el hospital – Hola buenas noches – le
digo.
- Buenas
noches – contesta.
- Sabe
donde esta una chica llamada, ¿Layla Parks? - digo.
- Si
señorita – dice mirando en su ordenador – Planta tres,
habitación 236.
- Muchas
gracias – digo.
Subo en el
ascensor, pensando en que no le he dicho nada a Harry, así que le
escribo un mensaje diciéndole que me ido de la fiesta.
- ¿Donde
está Vanessa? - oigo la voz de Layla al otro lado de la puerta.
- Ella no
ha querido venir... - dice Anna.
- Bueno,
siempre nos hemos llevado mal.
- Pero
eso no significa que no tenga corazón – digo yo entrando por la
puerta.
- Vanessa...
Has venido – dice Layla sin creerse lo.
- He
venido – afirmo.
- ¿Que
es lo que te ha hecho cambiar de idea? - me pregunta Cris.
- Harry –
digo con una sonrisa forzada.
- Muchas
gracias por venir – dice Ginger – Significa mucho para nosotras
dos.
- ¿Donde
está la diva? - pregunto refiriéndome al monstruo de Wen.
- Ella no
ha venido a verme – dice Layla bajando la cabeza.
- Todos
fuera – ordena una voz potente. Nos giramos y vemos a Alex que
está parado en la entrada de la puerta – Tengo que hablar con
Layla.
Todos nos
vamos sin rechistar a la sala de espera. ¿Quien iba a decir que
siete enemigas se harían amigas en un hospital?
*Narra
Clara*
Adam
y yo llegamos a la universidad, y él me dice que me espere en mi
habitación, que en media hora vaya a la suya. Decido cambiarme por
algo más sencillo que este vestido, y me pongo esto (Conjunto)
Miro el
reloj, y veo que ya ha pasado media hora, así que decido bajar a su
habitación, y llamo a la puerta. Me abre un Adam sin camiseta.
- Pasa –
dice con una sonrisa.
- Esto...
si, yo... ya paso – le digo, y me siento en la cama mirando al
suelo.
- Me
gusta más hablar con la gente si nos miramos a la cara y no al
suelo – dice Adam.
- Si te
pusieses una camiseta tal vez podría hacerlo – contraataco yo,
pero luego me llevo una mano a la boca arrepintiéndome de lo que he
dicho.
- Como tu
digas – dice él levantándose, y cogiendo una camiseta del
armario – Ya puedes mirar.
- Gracias
– digo levantando la vista.
Adam y yo
empezamos ha hablar de todo y más. Me explica que tiene dos hermanas
mayores, sus padres están divorciados. Me explica la historia de su
padre y su madre.
- ¿Y tu?
- Bueno,
tengo una hermana llamada Alba de nueve años, mis padres no están
divorciados, pero por motivos del trabajo de mi padre hemos tenido
que venir aquí.
- Me
alegro que lo hayáis hecho – dice él regalándome una sonrisa.
Entonces
empieza a sonar One Thing en mi móvil. No conocía al grupo de los
chicos, pero tan solo escuchar dos canciones ya me enganché.
- ¿Si? -
digo.
- ¡Clara!
- me grita Vanessa.
- Oye,
¿tu quieres que me quede sorda? - ironizo.
- Te
quería decir que Layla ha tenido un accidente. Estamos en el
hospital. Ahora estamos volviendo para la universidad.
- Bien,
os espero en la habitación – digo, y ella me cuelga.
- ¿Que
ha ocurrido? - me pregunta Adam una vez que dejo el móvil y me
levanto.
- Una chica ha tenido un accidente. Una tal Layla. Las chicas ya están volviendo – le
explico – Me lo he pasado muy bien contigo – digo yendo hacia la
puerta, y el me sigue.
- Yo
también... - dice pasándose una mano por el pelo.
- Bueno....
- Bueno....
- Pues
hasta mañana – digo dándome la vuelta esperando que me detenga.
- Claro –
dice él, y como veo que no va ha hacer nada me voy andando y oigo
como cierra la puerta.
Si quieres
que un amor funcione, lo que no tienes que hacer es presionarlo.
Debes darle tiempo. Y creo que con este amor vamos a necesitar mucho
tiempo...
*Narra Zayn*
Me levanto
gracias al despertador de las narices. Liam se empeñó en comprar
uno y ahora no para de sonar cada día por la mañana.
- ¡Por
el amor de Jesucristo que alguien apague el cacharro de las narices!
- grita Harry. Se levanta con un bate de béisbol en la mano y le da
un golpe hasta que lo rompe.
- Te
pareces a Vanessa – digo yo – Ella siempre hace eso.
- Hablando
de Vanessa – dice Harry – ¡Vamos a verla!
- Sera a
verlas – rectifica Liam.
- Si eso
vamos a verla – vuelve a decir, y sale corriendo por la puerta –
Mejor me pongo la ropa antes de salir a la calle.
- Mejor –
dice Niall riendo.
- Vanessa
ha cambiado a nuestro Harry – dice Louis fingiendo que llora.
- Os
acordáis el día que dijo: Nadie me cogerá jamás – digo yo
recordando aquel día.
*FlashBack*
Estábamos
en nuestra pradera favorita. Liam tenía a Danielle, su novia,
apoyada en su pecho, Louis tenía a Eleanor en las piernas, y yo
tenía a Perrie sentada a mi lado.
- Se os
ve muy bien juntos – nos dijo Niall.
- Es el
amor – dijo Louis imitando a Shakespeare.
- Algún
día encontraré a alguien que me haga feliz – dijo Niall.
- Yo no.
A mi nadie me cogerá jamás – nos dijo Harry tumbándose en la
hierba.
*Fin del
FlashBack*
- Era
cuando salíais con Eleanor, Pierre y Danielle – dice Niall.
- Si... -
dijo Louis recordando aquellos momentos.
- ¿Las hecháis de menos? - nos dijo Niall.
- Un poco - confesé. Era verdad. Extrañaba a Perrie. Todos esos momentos vividos.
- Yo también encuentro a faltar a Eleanor. Pero con Anna, cada día pienso menos en ella.
- Yo ya no pienso en Danielle. Todo gracias a Sheila.
- Pero si no estáis juntos.
- Aún así.
- ¡Vamos
a ver a Vane... Digo a las chicas! - grita Harry saliendo por la
puerta – ¡Vamos!
Salimos de
casa, y entramos en la universidad. Nosotros nos vamos a clase de
música, por lo que no podemos ver a las chicas hasta que suena el
timbre.
- Hola
guapa – le digo a Cristina.
- Gracias
– dice Sheila con una sonrisa.
- ¡¿Sabéis
que?! - grita Vanessa.
Entonces se
oye la voz del director, anunciando que habrá un baile de invierno.
Entonces todos los chicos se tapan los oídos, y al ver lo que hacen
nosotros los imitamos. Entonces todas las chicas del colegio se ponen
a gritar y solo se oye su grito. El baile será la semana que viene.
- Vamos a
algún sitio – dice Vanessa.
- Os
parece... ¿Al parque? - pregunto.
- ¡Si! -
gritan las chicas.
- Pues
vamos al parque – dice Louis.
Los chicos
quieren ir en limusina, pero las chicas nos convencen para ir andando
hasta allí, y con los ojos de perro abandonado que nos han puesto no
les hemos podido decir que no.